Jinetes en la niebla

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«Lo que a uno le pide el cuerpo, nada más acabar la lectura de esta novela, es coger el coche y salir disparado hasta el puerto de Somosierra. Allí, junto a un estrecho puente y una endiablada pendiente, tuvo lugar uno de los episodios más heroicos de la guerra de la Independencia. Hubo héroes y víctimas en los dos bandos (españoles y franceses), pero la gloria se la llevó Napoleón y, sobre todo, el tercer escuadrón de la Caballería Ligera Polaca. Tras varios intentos fallidos por tomar el puerto (las baterías españolas masacraron a cientos de soldados franceses), el emperador se la jugó a una carta. Era una misión imposible, pero el arrojo, el coñac y, quizá, esa pizca de suerte que suele caer del lado del que se siente superior, selló la boca a todos los asesores del corso, quienes consideraban aquel asalto un auténtico suicidio.
Sable en mano, ciento cincuenta jinetes polacos, liderados por Jan Kozietulski, se lanzaron pendiente arriba y sucedió... Sucedió lo que Mariano Gómez nos cuenta de manera magistral en estas páginas. Con muy pocos elementos: el pueblo segoviano de Boceguillas, un tabernero, un herrero, la nieve, la niebla, el barro, Napoleón, el general Benito San Juan y poco más, el autor nos mete de hoz y coz en lo que ocurrió el 30 de noviembre de 1808.
Con pulso firme vivimos la acción, pero también sentimos a los protagonistas.
Mariano Gómez recrea una epopeya en la que todo sabe a verdad. Y es que el andamiaje del relato se sustenta en una documentación intachable. Varios pintores inmortalizaron el momento, pero el cine todavía
no se ha acercado a una batalla que resultó más decisiva y emocionante que la de Little Big Horn. Comprendo que hay mucha diferencia entre llamarse general Custer o llamarse general San Juan. Y tampoco es corta la distancia que media entre Hollywood y los estudios Cifesa. Aún estamos a tiempo. Sólo hace falta un cineasta que sepa trasladar a imágenes lo que este escritor consigue que imaginemos con la palabra».